Los gorros, máscaras y disfraces han sido la estrategia clave para meterse en el bolsillo a nosotros, los espectadores.
Parece que la diseñadora gallega ha bebido de sus orígenes portuarios para la creación de este show. El contexto marinero se evidencia con camisetas y jerseys a rayas azules y blancas. A estos les añade corazones de cristalitos rojos.
Los zapatos camel forrados de fieltro, chaquetas de diferentes estampados y figuras geométricas, y pantalones de lino con bordados verticales al estilo peruano han sido el hilo conductor de un contexto de cuento, donde buzos, máscaras de los africanos indígenas, gorros incacabables de toques indios, tutús hechos con retales en forma de volantes de chaquetas, gallos negros con grandes alas cubiertas de plumaje, un mono abrazado a un modelo como si de una segunda madre se tratara, chaqueta con multitud de bolsillos donde aparecen guantes, un brazo falso que ocupa el puesto de una manga de chaqueta... tantos elementos han empatizado a crear esta atmósfera, que parecía estábamos soñando de nuevo y, retraídos al tiempo en el que un día, de pequeños, nuestro abuelo nos contaba historias de la mar, de aquella mar y tierra originarios de un espíritu libre y mágico. Me recuerda a las historias de Gabriel García Márquez en una nueva forma narrativa: la del arte de contar historias por el sentido de la vista.
Isabel Mastache ha iniciado el merecido puesto "ego" con esta fantasiosa colección.
Isabel Mastache ha iniciado el merecido puesto "ego" con esta fantasiosa colección.
La diseñadora ISABEL MASTACHE.
Fotos, María Arévalo, ThE InComPeTê.
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