Dos hileras de sillas se sitúan en mitad de la pasarela. Luces se apagan y "extras" vestidos de un negro señorial con collares de perlas y labios pintados de rojo (obviamente, solo las chicas) ocupan los asientos.
Los modelos se concentran en un total black. Vestidos con mucho tejido y pliegues, mangas medias y tres cuartos, cuellos de pliegues realzando abrigos, vestidos asimétricos y pantalones de cuero, camisas que se ensanchan en mangas ovaladas, faldas con forma de jarrón, abrigos de visón y flores recortadas adornando faldas.
Estas son algunas de las propuestas de la diseñadora Juana Martín, que cierra el desfile con elegantes vestidos de noche blancos.
La estética se corresponde con el público: gafas grandes de sol en color negro, recogido en moño, y pintalabios rojo.
El glamour de los cincuenta vuelve en este día de cierre a Cibeles.
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